Llegan los meses más calurosos del año, en los que, por razones obvias, hay que extremar los cuidados frente a las radiaciones solares -aunque lo cierto es que no se debe bajar la guardia en ningún momento del año-. Preocupados por sus efectos en nuestra piel, muchos olvidamos que también los ojos sufren las consecuencias de una exposición prolongada a los rayos.

La mejor manera de evitar infecciones en los ojos es seguir las instrucciones de un cuidado adecuado los lentes prescritas por su profesional de la visión. En particular, la inclusión de un paso de \"frote y enjuague\" durante el proceso de limpieza de los lentes, la reducción al mínimo de contacto con el agua mientras se estén usando, y el reemplazo frecuente del estuche de los lentes, pueden ayudar a reducir el riesgo de infección.